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jueves, 18 de septiembre de 2008

Chía, un recinto de paz ?

Cuando comencé a recorrer la sabana, ocasionalmente, hace unos 15 años, Chía, por la cercanía con Bogotá, era un verdadero RECINTO DE PAZ, a diferencia de otros municipios, que a medida que nos alejamos de la metrópoli, caen en el descuido estatal y presa de la delincuencia; caso de la región del Guavio, Valle del Río Negro y páramo de Sumapaz que estaba dominado por la delincuencia organizada, bandoleros y toda clase de malandros.Hace seis o siete años empezamos a buscar, con mi esposa, residencia cerca a Bogotá ya que en los sitios que nos gustaban en la ciudad los precios estaban por las nubes y donde no nos gustaba, pero se acomodaba al presupuesto, había que hacer largos recorridos en transporte público o carro particular por vías llenas de huecos, trancones (tacos) smog e inseguridad. De los municipios cercanos a la gran capital, el menos agitado, con todas las arandelas, con un verde impresionante y cambiante por los tonos que le daban los grandes cultivos de hortalizas (lechuga en todas las variedades, espinaca, zanahoria, acelgas, apio, remolacha, etc.), alverja, fríjol, maíz, pastoreo, en fin toda una despensa a primera mano, entre eucaliptos, pinos y acacias. Las casas solariegas donde las familias se reunían en asados de fin de semana y/o los agricultores por las tardes luego del arduo trabajo de cultivar la tierra saboreando una deliciosa bebida agria.

Recorrer los caminos veredales que se adentraban zigzagueantes entre las grandes haciendas ganaderas, faldas de sistemas montañosos, contemplando las riberas del Ríofrío, Funza o Teusacá, un verdadero ejercicio de relajación para el alma y el espíritu. Escalar el imponente cordón montañoso que tutela la ciudad desde Yerbabuena o el santuario donde se ubica la iglesia de nuestra señora de Guadalupe en el cerro de la Valvanera, ver con otros ojos la vida que se extiende por toda la sabana vista desde estas alturas.

Ni hablar de visitar el centro de la ciudad, la plaza central del parque Santander con su imponente iglesia de Santa Lucía, de donde se desprenden en orden casi calculado las casas de jardín interno, adobe y teja de barro propios de la colonia, construcciones mas modernas armadas en ladrillo cocido, seguidilla uniforme que iba expandiéndose en manzanas organizadas y calles tranquilas, con mañanas brumosas y frías, tardes alegres casi primaverales, con personajes nativos en ruana y los foráneos con vestimenta basada en lana virgen de vivos colores. Las noches silenciosas, con pertinaz llovizna y con aire de bohemia. Eran los últimos días de un verdadero paraíso, un remanso de paz.

Al mismo tiempo se escondía y se amasaba el desastre que estamos viendo hoy día, desdeño administrativo de sus gobernantes y censores, todos detrás de las partidas presupuestales y en pro de vaciar las arcas de la ciudad para beneficio particular, donde vienen decisiones como hacer pasar una carretera interdepartamental por el corazón de la ciudad, la autorización descontrolada de licencias de construcción, alimentada por la necesidad del Bogotano de llegar a un lugar tranquilo para dormir y ver crecer a sus hijos rodeados del verde que se ha perdido en la gran ciudad, la perdida del control de crecimiento de la ciudad la aprobación de megaproyectos pensando en es un polo de desarrollo para la zona y la creación de núcleos de población en condiciones inhumanas de hacinamiento y con todo el problema social que esto trae y lo mas grave, sin sentido de pertenencia por la ciudad y sus vecinos, venidos de otras latitudes huyendo, generalmente, de la violencia. La proliferación de negocios y negocios y negocios… de poca monta en el centro de la ciudad pero, debido a la necesidad que dejan las crisis provocadas por el gobierno central que no garantizaron un trabajo digno y bien remunerado para muchas familias, pero que han convertido en un caos comercial estilo persa a la ciudad. La gestión desordenada del trafico vehicular, donde la bicicleta y el peatón se convirtieron en objetivo de agresión para los conductores mal educados y donde las vías ya polvorientas y sucias, los servicios públicos básicos serán insuficientes ante tanta demanda a muy corto plazo.

Causa mucho dolor en lo que se ha convertido Chía y tal parece que nada se podrá hacer para evitarlo, ese es el precio que hay que pagar por el progreso mal planificado, la desidia de la clase gobernante y el desamor de los nuevos moradores, que poco a poco han ido arrinconando a los nativos traga tallos. Es entonces Chía un remanso de paz ?

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1 comentarios:

A las 30 de marzo de 2009, 20:01 , Anonymous Anónimo ha dicho...

HOLA, ACABO DE VER MI CORREO Y TU COMENTARIO, SI QUIERES PUEDES ESCRIBIRME A MI CORREO VSUCRE@YAHOO.COM, TE ESCRIBI MIS COMENTARIOS EN RELACION A LOS TUYOS EN MI BLOG... CON MUCHO GUSTO TE ESCRIBO DE MIS PLANES Y DE COMO ESTOY HACIENDO PARA PODER AGUANTAR ESTE TREN HACIA AUSTRALIA, CREEME NO ES FACIL PERO SI SE PUEDE. PIENSALO EN FAMILIA Y SI QUIERES IRTE CREO QUE AUSTRALIA ES UN BUEN LUGAR, ALGO LEJOS PERO IDEAL PARA EL INMIGRANTE.
ME GUSTA TU BLOG, CONOCI BOGOTA Y ESTOY ENAMORADA DE LOS COLOMBIANOS DEMASIADO CHEVERES, CADA VEZ QUE PUEDO ME VOY A COLOMBIA UNOS DIAS, ME SIGUE PARECIENDO HERMOSA, Y LA COMIDA NI HABLAR, DE LOS LUGARES QUE HE CONOCIDO FUERA DE VENEZUELA COLOMBIA SIEMPRE ESTA EN LOS PRIMEROS LUGARES EN LO QUE A COMIDA SE REFIERE.
NO ENCONTRE OTRA MANERA DE COMUNICARME CONTIGO YA QUE NO VEO TU DIRECCION DE CORREO.
MUCHOS SALUDOS Y NOS ESTAMOS VIENDO EN EL CYBERESPACIO.
VERO

 

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